BERTHE MORISOT. CUENTOS HINDÚES. UN TIP SOLIDARIO
De imágenes eternas sobre un lienzo va el asunto. El Museo Thyssen de Madrid inauguró el pasado 15 de noviembre la primera exposición monográfica dedicada en España a Berthe Morisot, pintora impresionista de finales del XIX.
Sutil y mágica. Hacía poesía con las escenas cotidianas de su vida, imprimiendo a cada cuadro un aire etéreo e intenso al mismo tiempo. Llegó lejos. Se quedó a un paso de la cima del movimiento impresionista de su época. Ese paso sin dar lo definió su condición femenina.
Sutil y mágica. Hacía poesía con las escenas cotidianas de su vida, imprimiendo a cada cuadro un aire etéreo e intenso al mismo tiempo. Llegó lejos. Se quedó a un paso de la cima del movimiento impresionista de su época. Ese paso sin dar lo definió su condición femenina.
Berthe nació en 1841 en Bourges localidad francesa de la provincia de Berry en el epicentro del territorio Galo.
De familia acomodada creció en un ambiente donde se daba mucha importancia al arte y la música.
Desde pequeña acudía a clases de pintura, solfeo, letras. Lo hacía junto a su única hermana Edna. A la edad de 20 años se convirtió en discípula de Jean- Baptiste Camille Corot, importante paisajista de la época. Pronto Berthe superaría a su maestro. Lo hizo sin complejos, olvidando que vivía en un mundo de hombres.
Corot la introdujo en los ambientes artísticos donde se hizo inseparable de Edgar Degas o Edouard Manet. Al primero le confió, poco antes de su muerte, su hija Julie. Del segundo se convirtió en cuñada. Se casó con su hermano Eugène.
Retrato de Berthe por Manet
Tenía 33 años cuando participó en su primera exposición impresionista. Lo hizo con LA CUNA. Imagen de su hermana Edna con su sobrina Blanche.
Desde entonces tuvo cuadros en prácticamente todas las exposiciones impresionistas.
Mostraba su intimidad sobre el lienzo. Como buena impresionista captaba la inmediatez de su cotidianidad.
A Berthe le gustaba pararse ante el espejo. Reflexionar sobre su vida. Su esencia. Su ser.
Se trata de una pintora autorreflexiba cuya virtud dominante fue la autoconciencia. Guillermo Solana, Director Artístico del Museo Thyssen. www.museothyssen.org
Eso me lleva a mi siguiente recomendación ya que a la autoconciencia y reflexión invita el libro CUENTOS HINDÚES. DESDE EL ÍNDICO A LOS HIMALAYAS (9 euros). Escrito por las periodistas, Asha Mahan y Mónica Álvarez, unidas en este proyecto por el azar o una mera causa/casualidad.
Cuarenta y seis historias ancestrales impregnadas de sabiduría. Un regalo; el autoconocimiento. Dos viajes; al interior y a la espiritualidad. Un descubrimiento; la mente y el poder de las emociones. Una sorpresa; nada es lo que parece.
Un viaje a los rincones más profundos del alma.
(...) Súbitamente el cenobita se cargó de nuevo el saco a los hombros y prosiguió su marcha, ante la atenta mirada del buscador. Entonces, éste comprendió en lo más profundo de sí mismo que la búsqueda de la Verdad no era una percepción intelectual, sino un sentimiento inmenso y visceral (...)
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