PERSONAS NOBLES


No hace mucho alguien me decía: "Todo el mundo tiene un jardín secreto". Con esto intentaba hacerme ver que en cada uno de nosotros reside un averno de vicios ocultos donde expandir nuestra sombra. Que tras cada rostro de amabilidad  se escondían actos deshonestos disfrazados de esa aparente vida sin mácula. 
"Sodoma y gomorra"

No voy a negar la crisis de valores de los tiempos actuales. Ni la obvia involución de la especie. Ojalá volviésemos al árbol del que nos caímos, así se abriría en nuestras entrañas esa sabiduría ancestral que nos conecta con lo primario. Lo esencial. La mera supervivencia. Ahí dejaríamos de lado gilipolleces y despropósitos, propios y ajenos, que tiñen de gris nuestra existencia. 
A pesar del desconcierto vital y pérdida progresiva de humanidad de la sociedad contemporánea,  solo pude expresar un ¡¡no!! gutural ante la afirmación de la existencia de un espacio oculto donde dar rienda suelta a la mezquindad. Antónimo de nobleza. Y sentí lástima ante esa creencia. Esa visión distorsionada del mundo. 
Estamos rodeados de personas nobles. Nobles desde el tuétano. Seres que  en vez de jardín tienen  un paraíso. Un paraíso oculto rebosante de buenas acciones, escondidas a ojos ajenos por eso tan cálido llamado humildad. 
Sonreí. Sentí la leve caricia del agradecimiento por conocer y compartir con personas de NOBLEZA infinita. 
"Dulzura"

Escanee mis recuerdos, repasando cada uno de los comportamientos de estos seres excepcionales que han pasado o están en mi vida. 
Existe en ellos un hilo conductor. Rasgos que les hace merecedores de tal insignia. 
Las personas nobles, son de fiar. Jamás traicionarán tu confianza. Son sinceros. Están comprometidos con la verdad. 
Las personas nobles navegan por aguas emocionales con serenidad, en calma. Son refugio certero ante las tormentas. 
Las personas nobles, son el abrazo cálido. Generoso. Seguro. Sin cuchillos que clavarte por la espalda mientras te abrazan. 
Las personas nobles defienden injusticias con valentía. Sin titubear. Protegen al desvalido. Enfrentan a los indignos. 
Las personas nobles son generosas. No con dinero. Con respeto, y entrega a los otros. 
Las personas nobles son leales y de golpe diestro contra la deslealtad. Esa que lacera el alma de los justos. 
Las personas nobles se alegran por los logros ajenos. 
Las personas nobles, no envidian, ni engañan, ni utilizan, ni mienten, ni se apropian de lo ajeno. Ni juegan con los sentimientos de los demás.
Las personas nobles dan lo mejor de sí al mundo. Aportan en positivo. No pueden estar mirando su ombligo. No recuerdan, si quiera, donde está. 
Las personas nobles reconocen la dignidad de los demás, por eso nunca la dañan. 
Y sobre todo las personas nobles no tienen intenciones ocultas, ni jardines donde esconderlas. 
"Ser feliz"


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