LECCIONES DEL CORONAVIRUS
Llevo sin escribir en mi blog desde poco antes del 13 de marzo, día del confinamiento en mi país. Por aquel entonces, como era habitual, estaba absorta en esta suerte de estrés imparable que nos marca la sociedad actual
De repente el coronavirus. Sin desearlo me convertí, como vosotros y vosotras, en protagonista de un hito histórico, una pandemia causada por el primer gran virus del Siglo XXI sin cura inmediata y con una capacidad de contagio de vértigo
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Me tocó encerrarme en casa con la particularidad de que mi hijo estaba a más de 1100 kilómetros y mi pareja a más de dos mil
Esto hizo que la cueva en la cual me metí fuese más "cueva" de lo esperado y el sentimiento de soledad mayor
Decidí que ese sería un buen momento para explorar el silencio del ser
Debo deciros que como la gran mayoría tuve que lidiar con el desconcierto y el MIEDO (aquí os dejo un POST que escribí por si os interesa saber cómo afrontarlo), reacciones adaptativas normales ante la nueva realidad y el cambio de paradigma mental
RESPIRAR de forma PROFUNDA
Poco a poco fui tomando conciencia de qué era de verdad importante y qué lección podíamos sacar de esta experiencia
La lección más evidente ha sido ponernos de frente con nuestra VULNERABILIDAD
Toda una lección de humildad
El virus solo ha hecho selección natural entre los más fuertes. Pero no ha distinguido clases sociales, razas, género o procedencia
Deberíamos recordar algo tan obvio. Ante la enfermedad todos y todas somos iguales.
Tratemos a los demás con respeto. No somos más que nadie por ser Norteamericano, judío, blanco, negro, con dinero o pobre
Ojalá ahora podamos entender y comprender a aquellas personas menos afortunadas que viven en zonas de conflicto o de hambruna. Los olvidados, los refugiados. Aquellos que se suben a una patera en busca de un futuro mejor
Un futuro donde no tengan que hacer colas a diario para conseguir una ración de comida

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Nuestra supervivencia podría verse comprometida por cientos de virus y bacterias. NO quiero parecer alarmista. Sin embargo la amenaza yace latente en los mercados de animales vivos, la deforestación, y el deshielo por el calentamiento global
Pequeños gestos individuales pueden suponer grandes cambios para el medio ambiente
Recicla
Reutiliza el papel
Utiliza menos electricidad. Apaga las luces si no las necesitas. Desconecta baterías, routers...
Intenta evitar el uso de plástico
Fuera productos químicos
No malgastes el agua. Cerrar el grifo mientras te cepillas los dientes puede ahorrarte seis litros de agua por minuto
Utiliza lo menos posible el coche. Vete caminando si puedes o en transporte público o en bicicleta
¿Sabéis cuánto se ha reducido la emisión de CO2 en el mundo durante el confinamiento? Un 44%
Un pequeño respiro para nuestro planeta
Os animo a que os apuntéis al consumo responsable. Durante el confinamiento, la mayoría de las personas con las cuales hablé, no estaban deseando comprarse ropa de nueva temporada, o un móvil última generación o whatever, lo que más extrañaban era:
Unas cervezas con los amigos
Poder abrazar a los suyos
Perderse en la naturaleza
Ir a la playa a tomar el sol
Reuniones familiares
Celebrar cumpleaños
Pasear por la calle y SIN MASCARILLA
Libertad
Aire
Un te quiero junto a un abrazo infinito
COVID 19 nos ha recordado lo esencial
Momentos compartidos junto a los nuestros
La importancia de la salud
El valor de la libertad
Lo maravilloso que es respirar aire puro
La belleza de la naturaleza
Los abrazos
Y la emoción de un reencuentro tras meses de separación