RASGOS COMUNES DE LAS PERSONAS QUE NO SE RINDEN

 

Creo que las personas que más me han inspirado a lo largo de la vida son aquellas que no se rinden. No hablo de superhéroes. Hablo de personas comunes que siguen adelante a pesar del miedo, las dificultades y el dolor.

Hablo de la luz que desprenden a través de las heridas.

Hay algo poético y tremendamente humano en ello. Con esto no quiero decir que ensalce el sufrimiento.

Me refiero al motor interno que se activa cuando todo lo demás se diluye. A ese paso de más dado cuando la mayoría de los demás se han rendido.

A quienes saben que cada batalla es una oportunidad para fortalecerse.

 

Foto de Alex Krivec

Estos son los rasgos que las distingue: 

1.    Aceptan los retos vitales.

Saben aceptar lo que no pueden controlar y convertirlo en una lección de aprendizaje. No se golpean ante el muro de las lamentaciones. Aceptan, ven el propósito y siguen avanzando. No se aferran a la herida, la convierten en brújula. Saben que lo que duele también enseña. Miran sin resentimiento.

2.   Son resilientes

No importa las veces que se puedan caer, se levantan siempre.  Su fe es silenciosa. Quizá no siempre saben cómo, pero sí saben que habrá un camino.

Su fuerza no viene del control, viene de la entrega.

3.   Tienen determinación

Persisten más tiempo que la mayoría: no paran cuando están cansados, sino cuando han terminado.

La disciplina diaria sustituye la motivación momentánea.

Ven los obstáculos como parte del proceso.

4.   Su mentalidad es de crecimiento

Ven el fracaso como una oportunidad de aprender a no cometer el mismo error y las dificultades de la vida como una oportunidad para fortalecerse. Ocurra lo que ocurra.

Aprendieron a perder sin perderse. A comprender que todo final es el punto de partida de un nuevo comienzo.

Miran atrás solo para coger impulso. Enfrentan los retos buscando cómo mejorar, no cómo evitar fallar.

5.   Confían

Tienen una fuerte creencia en su capacidad para influir en los resultados. No dependen de la validación externa, porque saben que buscar validación externa es ceder el poder a otros para dirigir su destino.

Su validación viene de dentro.

En lugar de compararse, se superan.

6.   Tienen un “para qué” poderoso

Nietzsche decía: “Quien tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo”.
Ellos y ellas dan un paso más. Saben que en la vida hay muchos por qué sin respuesta; lo aceptan y afrontan los desafíos desde los para qué.

Su motivación no es superficial, es un propósito vital más profundo. Y ese propósito vital actúa como combustible emocional cuando todo parece perdido.

7.   Tienen autocontrol emocional

Gestionan el miedo, la frustración y la ansiedad sin dejarse dominar. Practican técnicas de autorregulación: son personas reflexivas.

Mantienen la calma ante la incertidumbre

8.   No son ingenuos, ingenuas

Reconocen los problemas sin negarlos, pero creen que encontrarán una salida.

Son personas auténticas, genuinas. Tienen esperanza activa: actúan mientras esperan lo mejor, incluso en los días más oscuros.

9.   No buscan gustar, buscan ser fieles a su verdad

Han dejado de vivir para la aprobación y el aplauso. Su energía va hacia lo que les hace sentir en paz, no hacia lo que les da validación.

Por último, tienen memoria de sus batallas

No olvidan lo que han superado, porque saben que la gratitud es su combustible y cada cicatriz les recuerda que ya fueron fuertes antes